CUERPO GENERAL DE GENDARMERÍA.




Si poca o nula acogida tuvieron los Cuerpos ya reseñados, menos aún iba a tener el del Cuerpo General de Gendarmería. Voz ésta completamente ajena a nuestra idiosincrasia.

En 22 de enero de 1812 José Bonaparte acuerda la formación para Madrid de una compañía de Gendarmería Real a caballo. Estuvo compuesta por un capitán, dos tenientes, un subteniente, que era el habilitado, cuatro sargentos, ocho cabos, un trompeta y cincuenta y seis gendarmes. Esta unidad estuvo calificada corno “unidad piloto”, para la posterior organización total del Cuerpo.

Su composición fue a base de personal propuesto por los diferentes jefes de los distintos cuerpos del Ejército, que reuniesen las condiciones de ser: “honrados, aptos para dicho servicio, saber leer y escribir y cuya edad no bajara de 23 años ni excediera de 40; tener una estatura de cinco pies y tres pulgadas, y muy buenas notas en su hoja de servicios”.

También se dio opción para el ingreso a aquellos paisanos que mostrasen voluntariedad, simpatía por el nuevo rey, acreditasen las condiciones de aptitud y honradez necesaria y costeasen por su cuenta el vestuario, caballo y montura. En cuanto a los procedentes del servicio activo, a los dos meses de su nueva situación superarían un examen, y en caso contrario volverían a los Cuerpos de procedencia.

En 19 de marzo (1812) se publica el reglamento por el que había de regirse la Compañía de Gendarmería Real, según el cual se la consideraba como la “primera del Ejército”. En paradas y desfiles formaría a continuación de la Caballería de la Real Casa, es decir delante de todas las unidades del Ejército.

La compañía en cuestión se dividió en ocho escuadras, a razón de un cabo, cinco gendarmes montados y dos desmontados. Cada teniente tenía a su cargo cuatro escuadras. Las vacantes de sargento se daban a los cabos de la compañía y las de oficiales mediante terna con los de la misma o de otras unidades diferentes. Tanto el vestuario como montura y armamento fue costeado de principio por el tesoro público.

El uniforme estaba compuesto por: casaca larga con cuello recto, vuelta azul turquí y forro encarnado; capa azul con embozos encarnados; chupa y calzón anteado; sombrero con galón blanco y cordones pendientes del hombro derecho; guantes de ante con vueltas y botas de montar; silla española, maleta, mantilla y tapafundas de paño azul con galón blanco; cartuchera con una granada de latón dorado y correa de ante blanco; cinturón de igual material para la espada en disposición que pudiera ponerse desde el hombro derecho como bandolera, con una placa con la cifra del Rey. Como armamento se les dotó de carabina, dos pistolas y sable espada.

Los sueldos fueron muy excesivos. Ello demuestra cuanto venimos aseverando. Su empleo como señuelo para ganar adeptos. El comandante de la Compañía disfrutó de 2.192 reales mensuales; el capitán (segundo jefe) 1.548; 764 el teniente; 620 el subteniente; 504 el sargento primero; 444 el sargento segundo; 354 el cabo; 400 el trompeta; 320 el gendarme montado y 176 el desmontado.

Para manutención del ganado se libraban 192 reales mensuales por tres caballos para el comandante; 128 por dos para el capitán y 64 por cada uno para los demás oficiales, clases y tropa. Con el fin de disponer de ganado se formó un fondo individual de 4.000 reales para jefes y oficiales, de los que se retenían mensualmente 40 reales a los oficiales, 60 al capitán y 100 al comandante. De la misma forma para la tropa se hizo un fondo de 3.000 reales, justificando 60 por gendarme. Otras cantidades a reclamar afectaban al herraje y medicina, utensilio, etc.

La tropa disfrutaba en guarnición de utensilio y ración de pan y en campaña de los víveres y demás concesiones que otra cualquier tropa del Ejército. Cuando los gendarmes salían fuera de Madrid para alguna comisión del servicio se les daba una dieta aparte del alojamiento. Esta consistía en 24 reales por día el comandante; 20 el capitán; 16 el teniente; 14 el subteniente; 3 el sargento; 2 el cabo y trompeta y uno y medio el gendarme.

Su objeto primordial, según exponía la orden de creación, el fin principal de su institución era:
“... el mantenimiento del orden público, vigilar la exacta observancia de las leyes, perseguir y capturar toda clase de malhechores, auxiliar a los recaudadores y ejecutores de las provincias de todos los tribunales, celar sobre los vagos y ociosos, y perseguir sin excepción de ningún género a cuantos intentaren perturbar la tranquilidad pública y desobedecer al Gobierno.
Para hacer el servicio se distribuirán por los barrios, puertas y salidas inmediatas. En el cuartel habrá un retén de vigilantes vestidos y dispuestos para acudir donde sea necesario.
La Gendarmería tendrá también como servicio propio las conducciones de caudales, presos y otros análogos."

El proyecto no rebasó apenas la organización de la Compañía de Madrid. En 1813 fue disuelta.

Aguado.